Hoy en día, a la hora de realizar una reforma o construir una vivienda, muchos propietarios recurren a las vigas y techos de madera. Ambos elementos ofrecen varias ventajas. Dos de ellas están directamente vinculadas al empleo de la madera como material de construcción. Y es que la madera es uno de los mejores aislantes, tanto térmico como acústico, que tenemos a nuestra disposición en el mercado. A su vez, se trata de un material que se puede reciclar fácilmente, con lo cual su uso es respetuoso con el medio ambiente.
Ambas virtudes son muy apreciadas actualmente en el mundo de la construcción, ya que están relacionadas con la llamada arquitectura sostenible, una de las principales tendencias de diseño arquitectónico. La arquitectura sostenible apuesta por construir edificios de tal forma que causen el menor impacto posible en el medio ambiente, y para ello recurren a la eficiencia energética. Esta práctica consiste en hacer que los edificios dependan lo menos posible de sistemas de alimentación energética artificial. Así, además de beneficiar al medio ambiente, también se favorece el ahorro por parte de los usuarios.
Si empleamos vigas y techos de madera, estaremos ahorrando, por ejemplo, en sistemas de calefacción.
A continuación, te damos unos cuantos datos importantes a la hora de instalar techos y vigas de madera.
Aspectos a tener en cuenta
- Precio: En primer lugar, uno de los aspectos que deberás tener en cuenta es el precio. Obviamente, varía considerablemente según el tipo de madera empleada y el tipo de techo. Por lo general, el m2 puede oscilar entre los 30, 50 o 60 euros, según sea un panel, un falso techo o un techo completo. Respecto a las vigas, en caso de que sean necesarias, su precio depende tanto del tipo de madera como de su grosor y de su longitud.
- Terminaciones: En cuanto a las posibles terminaciones de un techo de madera y la consecuente colocación de las vigas, son todo ventajas. La madera, debido a su alta flexibilidad, permite toda clase de terminaciones y de acabados. Esto supone una máxima adecuación a los requerimientos técnicos de la obra en cuestión y, a la vez, a las preferencias estéticas del propietario.
- Mantenimiento: Ahora bien, no hay que perder de vista que la madera es un material sensible a la humedad y que, por tanto, requiere de cierto mantenimiento. No obstante, bastará con que, cada tres o cuatro años, se le apliquen los correspondientes barnices o tratamientos protectores. Es probable que para ello ni siquiera se necesite recurrir a la ayuda de un profesional.
- Decoración: Por último, los techos de madera, debido a todas las terminaciones que pueden formar, dan mucho juego decorativo. Hoy día, por ejemplo, es muy recurrente que se aprovechen los espacios entre una sucesión de vigas horizontales para ubicar fuentes de luz.
¿Qué te parece? Si te surge alguna duda para tu techo de madera o con las vigas laminadas, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.