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Cómo restaurar un horreo gallego con madera

Madera

Los hórreos de Galicia y Asturias son unas construcción de uso agrícola que están destinadas al secado, curación y guardado del maíz y otros cereales antes de pasar al proceso de desgranado y molido. De esta manera, constan de una cámara de almacenaje estrecha y permeable al paso del aire, y separada del suelo para que no entren animales ni tampoco sea invadida por la humedad. Te los explicamos.

 

Hórreos gallegos y asturianos

El origen de este término nos lleva al latín horreum, que se refería a un edificio donde se guardaban fritos del campo, sobre todo el grano. Así, la primera representación gráfica de un hórreo nos lleva al siglo XIII con las cantigas de Santa María, atribuidas a Alfonso X el Sabio. Y también cabe decir que estos hórreos son restaurados con madera de distinto tipo, pues las propiedades de la madera permiten que la restauración sea en perfectas condiciones y con un aspecto similar a los primeros hórreos.

No obstante, es importante que des con una buena madera para que esta restauración sea de buena calidad, pues de lo contrario estarías reparando un objeto que no tardaría mucho tiempo en volver a estropearse. Por tanto, lo recomendable es restaurarlo con madera de roble o de castaño, aunque también serían buenas otras maderas como las de nogal, pero siempre teniendo en cuenta que la madera como tal ha de estar en buenas condiciones.

Del mismo modo, para mantenerlo en buen estado es recomendable que la cubierta sea barnizada y cuidada con productos de limpieza específicos, vigilando la exposición al sol y el desgaste de la madera con el paso de los meses.

 

La historia de los hórreos

La primera referencia que tienes con documentos de estos hórreos en el territorio español se encuentra en un papel del año 800, encontrado en la fundación del monasterio de Taranco, en la provincia de Burgos. En dicho documento se registran las donaciones de ganado, tierras y edificios aunque no queda claro si estos hórreos son como los conocemos en la actualidad o eran bastante diferentes. Cuatro siglos más tarde, Gonzalo de Berceo habla de unos artesanos que construían hórreos de madera.

Poco a poco se fueron manifestando las expresiones gráficas de estos elementos, hasta que llevaron a cambios en la agricultura con el uso del mismo para diferentes cultivos como la cebada, el maíz menudo y la avena. La consolidación de este elemento se produjo con los cambios derivados de la introducción del cultivo de maíz en el siglo XVII, llevando este alimento a las clases populares, sobre todo en Galicia y Asturias, de ahí que este elemento sea tan popular en estas zonas.

En definitiva, estos hórreos de Galicia y Asturias se consolidan como elementos de cultivo que pueden ser restaurados con madera de distinto tipo.

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